PARA ESCRIBIR
HAY QUE HACERSE UN HUECO.
Esto no es literatura,
es literal.
sábado, 31 de octubre de 2009
miércoles, 28 de octubre de 2009
No se espanta
Ni del caldo de cebolla y papa en botella de plástico por la calle
Ni del jogging negro, capucha y transpiración
Ni siquiera de la bolsa nylon con macetas tierra dentro.
¿Y ahora qué?
Ni del jogging negro, capucha y transpiración
Ni siquiera de la bolsa nylon con macetas tierra dentro.
¿Y ahora qué?
Una noche,
ella:
jogging negro
capucha negra
dibujito animé japonés,
carga macetas
y lo busca,
a él,
que esa noche,
carga más que macetas.
jogging negro
capucha negra
dibujito animé japonés,
carga macetas
y lo busca,
a él,
que esa noche,
carga más que macetas.
agarra abrazo
Ella – ¿te puedo agarrar del brazo?
Él – ¿te puedo agarrar yo?
Y se agarran,
sin garras
dulce abrazo.
Él – ¿te puedo agarrar yo?
Y se agarran,
sin garras
dulce abrazo.
agarra abrazo
Ella – ¿te puedo agarrar del brazo?
Él – ¿te puedo agarrar yo?
Y se agarran,
dulces,
no hay garras en este abrazo.
Él – ¿te puedo agarrar yo?
Y se agarran,
dulces,
no hay garras en este abrazo.
martes, 20 de octubre de 2009
cumpleaños
Cumplo años.
Brazos a los costados, miro espejo.
Quito bonete de mi cabeza,
de la fiesta que fue.
Comprendo que:
- no todo es lo mismo
- no todo da lo mismo
- ningún mismo.
Brazos a los costados, miro espejo.
Quito bonete de mi cabeza,
de la fiesta que fue.
Comprendo que:
- no todo es lo mismo
- no todo da lo mismo
- ningún mismo.
lunes, 19 de octubre de 2009
sábado, 17 de octubre de 2009
jueves, 15 de octubre de 2009
Derivadas
En la ciudad húmeda no oyen ningún paso, quietud, pegoteo de las horas, transpiración de cementoraíces, pocos autos. Uno al lado del otro, miradas que no se cruzan.
Ella camina apretando los dientes, sin rechinar. Cuenta todo lo que puede seriar: líneas de las baldosas una; dos; tres, cuatro; ventanas en el edificio una; dos; tres; cuatro; cinco; seis; siete, ocho. Cruza la calle, pierde la cuenta, ya no cuenta. Casi asoma la mano para cuidarlo, frena el impulso, decide no hacerlo. Nada de amor, ninguna demostración, el brazo no tuerce. Imagina su cerebro como máquina de escribir, cierra los ojos para hacer la imagen más nítida, frunce la cara, breve segundo. La vida. Cinta transportadora, espero no estar moviéndome sin avanzar hacia ningún lugar. Lo imagina cayendo en la vereda, pie en pozo se tuerce, cae, pocos reflejos, manos en el piso, nariz golpe, sangra. No, irreversible, no quedaría amor ya ni para este enojo. A ver… su ojo… Extrema el movimiento ocular sin giro de cabeza, ojo que no ve corazón que no siente, qué frase idiota. No sabe cuántas cuadras caminó el tiempo ya. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde? Yo no freno, que haga su show, a ver en qué espectadora me convierto. Muerde su labio, siente los dientes fríos por el agua helada que bebe cada vez que su mano lo desea, placer del movimiento. La vida es movimiento. Sin emitir sonido, le habla desde su máquina con todas las letras. ¿Por qué no armas una de tus dos versiones, eh? ¿Por qué no te actualizas, eh? Le sube un calor por el cuello cabeza brazos manos, ganas de golpear. Qué civilizada soy, no hago lo que deseo. Huele aroma a jazmín. Un placer efímero la recorre, esboza escondida sonrisa. El olfato es sensato, rima. Levantados del suelo, vueltos bípedos, mantenemos nuestra animalidad, hipotálamo que no traduce, sin re-presentación, esa presencia me toma. Vuelve a su enojo, siente que se distrajo, frunce el ceño, se siente ridícula en la escena que nadie ve, que él no mira. Trata de ser normal. Camino normal. Común. Como si nada. Como si nada. Como si… Basta, dejame libre, silencio, callate voz, callate, yo callate! Un hombre solo camina en dirección contraria, se cruzan, también las miradas. Ella juega con disimulo. Cada juego tiene su costo en esta kermés. Quiero jugar al tango, como aquel día, sin palabras nos conocimos. ¿Si lo invito de nuevo? No. Siente tristeza, nostalgia acorde al baile que imagina, sus pies siguen la marcha militar de su descontento, no hay danza. Siente el deseo de las ganas de llorar. Busca imágenes cada vez más tristes, esfuerza las aletas de la nariz intentando empezar por el final: camino por esta misma calle, pero sola, sola sola, perdida, en otro país, nadie a quien acudir, duermo en la entrada de un banco cerrado porque es domingo, las bolsas revolotean sucias, dolor de cuerpo alma hambre. Nada. No hay lágrima. Ni llorar puedo. Piensa en el tango, el salón le da un lugar. Para seguir al hombre, la mujer debe poder apoyarse en el hombre, sin que sea demasiado, un apoyo como caricia, sutil, el hombre sostiene a la mujer y la mujer se deja llevar. Giro abrupto de cabeza, mirada fija escrutadora al perfil de él, que camina. Me sostenías. Me abrazabas. Me dejé llevar. ¿Y ahora qué se hace con los pasos dados? No le dice nada. Si me toma la mano, lo dejo. Se la tomo. No, la dejo ahí tomada, no se la tomo. Qué acto asqueroso. No la va a sostener ni dos minutos. Y si la deja caer, la dejo? No. Qué escena horrible, me dan ganas de llorar! No, ni llorar puedo. Bebe más agua. Botella vacía. Juego con botella. Sin mirarla se la arroja de mano en mano. ¿Cómo es posible que la agarre sin mirarla? ¿Soy hábil? ¿Será la energía, la electricidad, la inercia? Qué importa. Lo mira, esta vez, con una pausa en el tiempo. Deja de caminar. Aun así, quiere mantener la pulcritud del silencio. No derribar el parapeto de las palabras calladas. Frena su andar, brazos a los lados, como muertas banderas sin flamear. Mirada fija, no hay horizonte, hay más edificios. Ella escucha. “Me encanta caminar con vos, siento tanta libertad en este andar despreocupado, como si te conociera de siempre y supiera todo de vos, tanta tranquilidad me da tenerte a mi lado!”, la abraza con una calidez masculina, sincera, incomprensible para ella. No entiendo nada. Quisiera ver mi cara en un espejo ahora que está aplastada sobre su pecho. ¿Cómo se transita este abismo? “¿Seguimos caminando un rato más?”, propone él sin esconder su sonrisa. Claro.
Siguen.
Ella camina apretando los dientes, sin rechinar. Cuenta todo lo que puede seriar: líneas de las baldosas una; dos; tres, cuatro; ventanas en el edificio una; dos; tres; cuatro; cinco; seis; siete, ocho. Cruza la calle, pierde la cuenta, ya no cuenta. Casi asoma la mano para cuidarlo, frena el impulso, decide no hacerlo. Nada de amor, ninguna demostración, el brazo no tuerce. Imagina su cerebro como máquina de escribir, cierra los ojos para hacer la imagen más nítida, frunce la cara, breve segundo. La vida. Cinta transportadora, espero no estar moviéndome sin avanzar hacia ningún lugar. Lo imagina cayendo en la vereda, pie en pozo se tuerce, cae, pocos reflejos, manos en el piso, nariz golpe, sangra. No, irreversible, no quedaría amor ya ni para este enojo. A ver… su ojo… Extrema el movimiento ocular sin giro de cabeza, ojo que no ve corazón que no siente, qué frase idiota. No sabe cuántas cuadras caminó el tiempo ya. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde? Yo no freno, que haga su show, a ver en qué espectadora me convierto. Muerde su labio, siente los dientes fríos por el agua helada que bebe cada vez que su mano lo desea, placer del movimiento. La vida es movimiento. Sin emitir sonido, le habla desde su máquina con todas las letras. ¿Por qué no armas una de tus dos versiones, eh? ¿Por qué no te actualizas, eh? Le sube un calor por el cuello cabeza brazos manos, ganas de golpear. Qué civilizada soy, no hago lo que deseo. Huele aroma a jazmín. Un placer efímero la recorre, esboza escondida sonrisa. El olfato es sensato, rima. Levantados del suelo, vueltos bípedos, mantenemos nuestra animalidad, hipotálamo que no traduce, sin re-presentación, esa presencia me toma. Vuelve a su enojo, siente que se distrajo, frunce el ceño, se siente ridícula en la escena que nadie ve, que él no mira. Trata de ser normal. Camino normal. Común. Como si nada. Como si nada. Como si… Basta, dejame libre, silencio, callate voz, callate, yo callate! Un hombre solo camina en dirección contraria, se cruzan, también las miradas. Ella juega con disimulo. Cada juego tiene su costo en esta kermés. Quiero jugar al tango, como aquel día, sin palabras nos conocimos. ¿Si lo invito de nuevo? No. Siente tristeza, nostalgia acorde al baile que imagina, sus pies siguen la marcha militar de su descontento, no hay danza. Siente el deseo de las ganas de llorar. Busca imágenes cada vez más tristes, esfuerza las aletas de la nariz intentando empezar por el final: camino por esta misma calle, pero sola, sola sola, perdida, en otro país, nadie a quien acudir, duermo en la entrada de un banco cerrado porque es domingo, las bolsas revolotean sucias, dolor de cuerpo alma hambre. Nada. No hay lágrima. Ni llorar puedo. Piensa en el tango, el salón le da un lugar. Para seguir al hombre, la mujer debe poder apoyarse en el hombre, sin que sea demasiado, un apoyo como caricia, sutil, el hombre sostiene a la mujer y la mujer se deja llevar. Giro abrupto de cabeza, mirada fija escrutadora al perfil de él, que camina. Me sostenías. Me abrazabas. Me dejé llevar. ¿Y ahora qué se hace con los pasos dados? No le dice nada. Si me toma la mano, lo dejo. Se la tomo. No, la dejo ahí tomada, no se la tomo. Qué acto asqueroso. No la va a sostener ni dos minutos. Y si la deja caer, la dejo? No. Qué escena horrible, me dan ganas de llorar! No, ni llorar puedo. Bebe más agua. Botella vacía. Juego con botella. Sin mirarla se la arroja de mano en mano. ¿Cómo es posible que la agarre sin mirarla? ¿Soy hábil? ¿Será la energía, la electricidad, la inercia? Qué importa. Lo mira, esta vez, con una pausa en el tiempo. Deja de caminar. Aun así, quiere mantener la pulcritud del silencio. No derribar el parapeto de las palabras calladas. Frena su andar, brazos a los lados, como muertas banderas sin flamear. Mirada fija, no hay horizonte, hay más edificios. Ella escucha. “Me encanta caminar con vos, siento tanta libertad en este andar despreocupado, como si te conociera de siempre y supiera todo de vos, tanta tranquilidad me da tenerte a mi lado!”, la abraza con una calidez masculina, sincera, incomprensible para ella. No entiendo nada. Quisiera ver mi cara en un espejo ahora que está aplastada sobre su pecho. ¿Cómo se transita este abismo? “¿Seguimos caminando un rato más?”, propone él sin esconder su sonrisa. Claro.
Siguen.
martes, 13 de octubre de 2009
Mínimo:
tenemos una relación de lo-mínimo
compartimos lo-mínimo
y en ese mínimo
-¡coño!- nos la pasamos tan bien.
compartimos lo-mínimo
y en ese mínimo
-¡coño!- nos la pasamos tan bien.
La época
Los
niños jóvenes adolescentes
son el termómetro
de
por dónde anda la cosa.
Hay que saber escuchar/los.
niños jóvenes adolescentes
son el termómetro
de
por dónde anda la cosa.
Hay que saber escuchar/los.
jueves, 8 de octubre de 2009
domingo, 4 de octubre de 2009
Un gusto, besos, gusto de besos
(...)
"Se corre el telón y aparece un-él, pone la mercadería en el mostrador, sostiene martillo-gatillo: "Te puedo contar un par de cosas interesantes sobre mi nombre y sobre la narrativa argentina contemporánea". Mucho para decir, un introducing-myself sustancial y poco cauto. Está bien. Quiero ver qué sigue, pensé apenas terminó la frase, y pestañeé lento. A mí no me gusta la “online interacción ciber”, pura miradita a los costados, escuché que le decía. Prefiero las cartas las direcciones los destinatarios. Y después sí, zapping, claro, eso abunda".
(...)
"Comprendí que era un mal día para los saludos hola qué tal, que la interacción con el mundo de afuera sólo podía efectar en mí un elevado sentimiento de soledad dentro. Pronto, escuché grillos".
(...)
"Se corre el telón y aparece un-él, pone la mercadería en el mostrador, sostiene martillo-gatillo: "Te puedo contar un par de cosas interesantes sobre mi nombre y sobre la narrativa argentina contemporánea". Mucho para decir, un introducing-myself sustancial y poco cauto. Está bien. Quiero ver qué sigue, pensé apenas terminó la frase, y pestañeé lento. A mí no me gusta la “online interacción ciber”, pura miradita a los costados, escuché que le decía. Prefiero las cartas las direcciones los destinatarios. Y después sí, zapping, claro, eso abunda".
(...)
"Comprendí que era un mal día para los saludos hola qué tal, que la interacción con el mundo de afuera sólo podía efectar en mí un elevado sentimiento de soledad dentro. Pronto, escuché grillos".
(...)
sábado, 3 de octubre de 2009
Cabeza - Culo
por: Cabezadehuevo y Cula.
(...)
`` Cabeza-de-huevo le dice a Culo, "el olor es todo".
Culo, arroja palabras-olor: "jazmín, café, cúrcuma, hojas de menta, lluvia", y espera un momento los efectos de sus dichos, los toques de magia-palabras, a ver cómo Cabeza-de-huevo cae se rompe, no entiende nada.
La luz rebota sobre Cabeza-de-huevo. Amanece rojo disparo cámara.
Culo se durmió en la silla. Culo desnuda, cabello negro suelto largo eterno , su cabeza en manos borde silla, sueña Culo con.
Cabeza-de-huevo no sabe con qué sueña Culo.
Cabeza-de-huevo observa largo mundo lejos acá, marco ventana, cigarrillo.
"La otra vez también te tuve que pedir un beso, qué Cabeza-de-huevo que sos!".
Culo observa la cara de placer de Cabeza-de-huevo y no contiene y cae su saliva transformada hilo fino brillante transparente.
Culo parpadea lento: el placer es así.
Cabeza-de-huevo huele espía cuello:
rosas
dulce
cítrico
muy dulce
empalaga
cítrico
fresco
brisa
alivio
frío
menta
frutilla
rojo
dulzor
calor
el olor es todo. ´´
(...)
(...)
`` Cabeza-de-huevo le dice a Culo, "el olor es todo".
Culo, arroja palabras-olor: "jazmín, café, cúrcuma, hojas de menta, lluvia", y espera un momento los efectos de sus dichos, los toques de magia-palabras, a ver cómo Cabeza-de-huevo cae se rompe, no entiende nada.
La luz rebota sobre Cabeza-de-huevo. Amanece rojo disparo cámara.
Culo se durmió en la silla. Culo desnuda, cabello negro suelto largo eterno , su cabeza en manos borde silla, sueña Culo con.
Cabeza-de-huevo no sabe con qué sueña Culo.
Cabeza-de-huevo observa largo mundo lejos acá, marco ventana, cigarrillo.
"La otra vez también te tuve que pedir un beso, qué Cabeza-de-huevo que sos!".
Culo observa la cara de placer de Cabeza-de-huevo y no contiene y cae su saliva transformada hilo fino brillante transparente.
Culo parpadea lento: el placer es así.
Cabeza-de-huevo huele espía cuello:
rosas
dulce
cítrico
muy dulce
empalaga
cítrico
fresco
brisa
alivio
frío
menta
frutilla
rojo
dulzor
calor
el olor es todo. ´´
(...)
jueves, 1 de octubre de 2009
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