lunes, 31 de agosto de 2009

"Voy a hacer"

no es un acto performativo

ninguna performance ahí

más que el acto del habla bla bla bla bla bla

bla bla bla

bla

No hay nada que llenar,

y

no se llena con nada.

ABC

Agustina pensaba el amor no vale la pena mientras cerraba con llave la puerta de su casa, la Bolsa de Basura ubicada junto a ella vomitaba unas latas de atún y Carlos de cincuenta y cinco años preocupado por sus inversiones en un país oriental tropezó con violencia rompiéndose el pantalón de marca internacional en la parte trasera, lejos de ahí el Dengue hacía estragos. Estancias de campo repletas de señores de campo saboreaban cordero y escupían asados ajenos, pero Federico encerrado en el baño con las manos en su cuerpo no comprendía, con sus quince años. Gatos gatas y gatitos saltaban desde terrazas balcones y techos, en una libertad a veces doliente solitaria abandonada. Homero ya no escribía epopeyas ni largos viajes en busca de algún amor entre dioses y humanos que se comprendían a veces. India seguía siendo un país lejano para algunos y demasiado próximo como para salir de él para muchos otros, sin embargo esto no impedía que Julieta viviese su muerte eterna, su último trago, cuando Kilómetros hacía de las suyas junto con Tiempo, que como siempre se había adelantado y no estaba en su lugar. Linealidad se escurría, aplastada por una complejidad creciente, y la Lluvia que adornaba el escenario convertía todo en una triste sonata. Muchas Madres aún reclamaban la aparición de ellos, sus hijos, muertos vivos dejados abandonados desaparecidos, y junto a las madres un pueblo, muchos pueblos. Nadie ahogaba su llanto, o lo disimulaba, o lo negaba para que la vida continuara siendo como aquel Ñandú que el niño soñó que se comía y la niña se soñó comida por él, a los poderosos se les mueve la papada cuando tosenríen. Niños mueren. El Ombligo acaparaba toda su mirada su cabeza su ser, y sufría ahí, a falta de sufrir el mundo entero. Pero, siempre un ¡Pero! ¡Pero cómo no! ¡Pero claro que sí! Pero así no se avanza. Quería Resurgir. Quiero palabras nuevas, repetía Sofía. Una vez y otra vez y otra, dejaba de ser Una. Volaban pájaros de extraños colores, inalcanzables para ellos que estaban tan cerca de la tierra. Walter trabajaba con grupos humanos, con empleados humanos, pero sin derechos humanos. Un mono tocaba aquel Xilofón por TV mientras la audiencia lograba Una vez más no pensar en nada que no fuera su Ombligo. Y... las Zetas (zzz) aparecían de nuevo sobre nuestras cabezas por habernos quedado dormidos.

domingo, 30 de agosto de 2009

A la vejez...

... viruela,
y a la adultez,
casa-con-perro,
no es asi?
¿Dónde está el perro?

sábado, 29 de agosto de 2009

reloj

reloj en mano
muñeca izquierda
mano menos propia
fuera de mi
mirada
no quiero ese
tiempo
delante de ojos

viernes, 28 de agosto de 2009

Las gatas

no son gatos.

Planificar:

Saber de mí en el tiempo.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Colchón de Hombres :

placebo.
sana sana.
amortigua caída.

No.

No suena la radio
nadie en el sofá
Ni rastros de la angustia de antaño
que me dejaba pasmada en un mar de palabras
y navegaba allí.

No reboza la felicidad
Ni brilla su entorno
Ni deslumbra
garabatos de colores

Nadie hay aquí
Aquí, nadie ya.

El gato sigue su juego
La cama descansa donde siempre
Cama roja
sola

No suena el teléfono
La tecnología no ayuda
No hay compañía
Sobran libros

Botellas vacías
Cigarros apagados
Un ventilador.

Dolor de cuerpo
Golpe de cuerpo
en él
sólo esa presencia.

Palabras escritas.
Te espero
y no
Me pregunto
y ya no.

No.

lunes, 24 de agosto de 2009

Vuelan=

Las polillas
son a las mariposas
igual que
los murciélagos a los pájaros.

asustadísima...

ASUSTADÍSIMA, ESTOY SIN SER.

ASUSTADÍSIMA ESTOY, SIN SER.

ASUSTADÍSIMA ESTOY SIN SER.

domingo, 23 de agosto de 2009

El amor =

salpica y enchastra todo lo demás.

Angustia =

Lo extraño en lo familiar.
Lo horroroso en lo bello.
Ser en el otro
con el otro
siendo el otro
lo más extraño a uno,
no se quién es el otro,
estoy perdida.

Vivimos a destiempo de nosotros mismos.

Todo lo que vemos
es sólo nuestra propia nuca.

sábado, 22 de agosto de 2009

posición masculina =

50 + 1

MI AMIGO DALMIRO

Mi amigo Dalmiro es tan cercano que a fuerza de años se convirtió en una parte de mí, y llegados a este punto, debo mencionar la cadena en el tobillo: no sé cómo sería la vida, mía, sin él.

Dalmiro pasa a buscarme por mi casa, dos horas más tarde del horario propuesto inicial, porque los dos cada uno tenemos nuestras mañas manías agudizadas en la soledad de la propia casa, y los proceso se tornan largos, pero hay encuentro, y eso nos emociona cada vez.

Toca timbre brusco, menciona mi nombre completo, siempre me da risa y siempre me asusta oírlo.

En su auto azul podemos jugar a ser cada uno el más fiel a sí mismo que está a la altura del mezclarse con otros.

Así es que cuando salgo con Dalmiro me puedo vestir con todo lo que no logro cuando es con cualquier otro del que aún espero aprobación: pollera verde tiro alto, camisa a cuadros estilo cow-boy turquesa y negro, medias panty con fantasía, chaleco rojo, botinetas naranja brandy, aros de Cleopatra grandes, pelo suelto, saco pana marrón cereza.

Y camino media cuadra hasta donde está estacionado y hace juego con las luces, me subo al auto, hago chiste sobre algún detalle de su vestimenta como pueden ser unos náuticos que resisten al cambio de la adultez con mejora/aparición del criterio estético, a la vez que él exagera mi perfume al extremo de olor a tía vieja.

Nos reímos a carcajadas, así, cada vez.

También cada vez bromeo sobre sus problemas de registro de su propio cuerpo, alto flaco eterno tosco el mundo debe ser diferente desde ahí, y él ironiza acerca de mi incapacidad para aceptar los límites del mío, de los otros, y de los buenos modales y costumbres.

Dalmiro se ríe cabeza inclinada mentón casi en pecho movimientos rápidos cortos secos de cuello y sonido interno que termina en alarido fugaz, me mira, con esos ojos encuadrados marco negro, en sacudida corta de cabeza negación de lado a lado, labio inferior agarrado por dentadura maxilar superior, qué bueno qué lindo no lo puedo creer.

Sí, a veces es demasiado ser una parte del otro.

Con Dalmiro nos sentamos en algún bar, lado a lado, para no obstaculizarnos la mirada del entorno, los que pasan, los colores, rulos, tetas, carteras, hombres y mujeres. Y nos hablamos, nos contamos cosas y hacemos un juego de circo con cuchillos que vuelan rápido y se clavan bien.

“Vos te anotas todo porque tenés la memoria cagada, ¿no? “
“Sí”.
“Hoy se fue de mi casa Julieta, a visitar a su familia en el interior. La sospecha de no soy todo para ella me hizo pasar un mal día. La sospecha siempre está.
Ella me dice ahora que se ve gorda. Entonces yo la veo gorda. Pero yo sé que no está gorda. No es gorda. Ella se ve gorda y eso se transfiere.
Vos recordá que siempre estamos en dos niveles: vos estás al nivel de lo femenino y yo de lo fálico. Puedo entender el goce de la lectura, pero no el goce con la escritura.
Percibo en vos una nueva escritura, como una nueva economía del goce, distinto”.
“¡Pero Dalmiro! Nadie se caga a voluntad.
Y resulta que él me demandó un permiso para llamarme y yo le pedí a su vez algo más: que me llame sin pedirme [permiso]”.
“Zoe, tenés que darle más crédito al imaginario del otro.
Los hombres pedimos cosas que se pueden dar: tirame la goma, vamos a ver a mamá, ¿vamos a Córdoba el fin de semana? Las minas piden cosas rarísimas.
El amor es el peor cáncer: impide todo duelo. Se viene al mundo a perder cosas, pero el amor no lo permite”.
“¡Qué terrible que te guste alguien! ¿Qué hago con esto?”
“Un gesto simple, sin pretensión de poesía, ¿crees que podés hacerlo?”
Un… ¿quiero-verte? Sí sí, ningún Haiku de Borges”.
“Si no hay deseo, no hay nada que hacer. Pero si hay amor, no tenés que espantarte”.
“En el amor: hay que tolerar que el otro te pida. Aunque no le des”.
“Y al final no es tan complicado, como tampoco lo es soportar la insatisfacción”.

Me tomo la cerveza que pide, cada una de las tres. Seguimos sentados espaldas apoyadas sobre misma pared, nos sostiene lo mismo.

Dalmiro ya quiere irse, te espero arriba. Hago panorámica final, saludo a amigos conocidos desconocidos y a algún rulorulón por ahí.

¿Es tu novio? No. Es una parte de mí. Se veía una conexión especial. Sí. Bueno, chau, qué lindo, qué gusto, nos vemos.

Queda un resto, un deseo de nos vemos, no sé quién sos, me quedaría, pero ya es hora de partir, regreso al auto de Dalmiro, relato escena de rulorulón, le gustaste al pibe, no, le gusté a todos, no-todo, le gustaste a uno, eso ya es mucho que soportar y vos querés gustarle a todos. ¡Límite Zoe, no-todo!.

Y me río a carcajadas porque sé muy bien que cada vez que (1) mojo mi dedo gordo del pie en el agua del charco que está cruzando la raya, mi amigo Dalmiro sucumbe a una catarata de excitación alegría sacudida de pecho amor, cómo te quiero.

Nos queremos.

(1) con extrema intención y fanático determinismo


viernes, 21 de agosto de 2009

1º. Dar un Beso

2º. Dar la Mano
3º. Dar un Hijo

VIDEOCOLONOSCOPÍA

Todos sabemos que en el mundo de la medicina se acortan las palabras para hacerlas más amigables.

El acontecimiento
Hace alrededor de seis meses tuve uno de esos acontecimientos que, para la medicina, "es delicado, hay que ver, hay que saber, hay que observar". Y la indicación inmediata fue la-videocolon.
Las consecuencias de haber recibido semejante propuesta por parte del aguardapolvado que tenía enfrente tuvo una serie de etapas.

Proceso de asimilación

Uno: Soledad en bar
La reacción inmediata: salida a bar, déme un café por favor, llanto con anteojos negros mirando por ventanal hacia avenida.

Dos: Condensación
Todos los males ahí: abandonar lo que nos hace bien, la vida sana, la actividad física, dormir una equis cantidad de horas, volver al tabaco, comer mal, hacemos cualquier cosa que nos acerque un poco más al límite, y con la cabeza que ya rebota contra el cordón de la vereda, la frase final "total para qué, si con esto que tengo ya me estoy por morir". Y un renglón aparte para el:

dolordeamor.

El dolordeamor encuentra casa en cualquier lado, y estas situaciones de falso límite, que es lo mismo que límite, lo facilitan. Entonces: que si le importo y si me pregunta y si me llama y si me muero. Todas frases reventadas que salen juntas a pasear, pero vuelven solas.

Tres: Persuasión
Recorrido por el consultorio de varios gastro con el puro objetivo de hallar la opinión disímil que delate la incompetencia del resto, y claro Dr., Ud. es el que sabe, y no anda por los rodeos gananciales del uso de la tecnología de la medicina puesta como artillería en contra de la humanidad, y del abuso de la política sobre nuestros cuerpos, los médicos soldaditos de una maquinaria que los transciende envuelve humilla, no Dr., Ud. se para ahí con estetoscopio y confía en lo que sus manos tocan, en lo que oyen sus oídos, Ud. nos deja hablar.

Cuatro: Olvido
Hablé hablé hablé, algunas veces también dije y aun así, a ningún aguardapolvado le pareció que la-videocolon no era necesaria, sino más bien lo contrario. Renuncié a mi intento y surfeé esa otra ola: la espera de un número lejano en el almanaque en el que algún día… y había una vez… y mientras tanto vivo… Ya veré cómo se hace para vivir cuando el-día llega, y así llegan cada uno de los días aunque no sean ese día. Durante meses, me olvidé.

Los Pre
Pero mientras tanto: chequeo de mi corazón, está bien dicen los médicos, puede tolerar algo así. Menos-mal o qué-pena, que no hay otra clase de medidores con los cuales pueda evitarse andar por el barrio con el temor de que un encuentro nos eyecte de nuestro endeble equilibrio.
Entre estudio e investigación pasaron los meses, y entre tanto, la idea de la-videocolon se me pasó de moda, se convirtió apenas en un día alegre en el que no iría a trabajar, ni día previo, qué bueno un día sin trabajar pero obligada a estar en mi casa, tal vez hasta pueda avanzar con otras cosas, esto es parte de una experiencia horrible y sensible a la vez, bue, qué lindo, hasta qué lindo pensé.

El día previo es el-día
El día previo ya era el-día. A media mañana me retiré a mi hogar, dictaminé soledad absoluta y cada veinte minutos leí las indicaciones para ser exacta precisa correcta y que no llegara a pasar que un breve error mandara al tacho toda esa inversión focalizada.
Bebí sólo lo que podía, comí al mediodía el pollito blanco muertito oloroso y nunca más metí sólido en mí. Ingerí primer frasco y luego segundo de líquido híper sódico asqueroso que me salía por la nariz de tan horrible, y lo cortaba con buches de agua y sonidos de queja, en la cocina, gata testigo ocular.
Y ya estaba lista, algo debía de pasar con semejante hinchazón y estaba lista para entregarme a esa limpieza como un monje Zen, como una viva adicta creyente de la medicina ayurveda, mucho más que como una correcta paciente entregada a las tenazas de la medicina alópata capitalista occidental.
Con el paso de las horas comprendí mejor las reacciones de mi cuerpo, a mi alrededor revistas y anteojos, libretas y lapiceras, teléfono celular y fijo, y así, toda mi casa, toda mi vida resumida en el cuarto de baño.
Cansada pero aún con vida, me fui a acostar, con la ilusión de que Morfeo ganara la batalla.

Videocolon´s day
A las siete de la mañana suena despertador, debo bañarme, qué sueño, qué esfuerzo levantarme tan temprano por algo así, qué va a hacer, vamos levantate. Y en cámara lenta los brazos se han vuelto de pesado telgopor, no manejo mi cuerpo, ducha caliente, la presión baja, recuerdo que la presión es el fuego de las venas, me observo pálida blanca labios blancos, me asusto, arrojo mi cuerpo desnudo envuelto en toalla en cama que se hunde, me hundo, bajo un piso otro piso otro piso entre sábanas, alguien que me salve, por favor.
Y alguien me salva, y vuelven los colores, me visto sin pensar, salgo al frío, dormito en sillón blanco sala de espera, señorita su turno. La señorita pasa sola, indica una mujer bajita morruda gestos duros y oscuros.

En breve te busco
Dejo todas mis garantías, mochila con objetos todos, y paso ya desnuda de mis objetos personales, ya desnuda. Igual no los voy a necesitar, pienso, y disfruto del desapego.
La mujer bajita morruda viste un guardapolvo que tiene el cuello con unas onditas que indican "este guardapolvo es de mujer". Me conduce hacia la habitación mientras enuncia con voz que pretende ser dulce los pasos que debo seguir: sacate la ropa, ponete esta manta, dejá todo lo que tengas acá, en breve te busco, y cierra puerta.
Se da inicio a la vivencia de una nueva soledad. Mi primera vez en un quirófano, y con anestesia, qué emoción.

Limbo
Ese cuartito podría ser el limbo, el lugar de ansiedades crecientes, de esperas interminables, y debo esperar sin ningún otro glamour más que una bata blanca finita casi transparente, a la que agregué el detalle de botas puestas y la resistencia de no-me-saco-la-bombacha-aún.
Ya dispuesta, no le encuentro sentido a permanecer aquí: abro puerta, asomo toda mi ridiculez y detengo a caminante de pasillos, chica joven guardapolvo blanco que lleva algo y le pregunto por la otra mujer esa, la que me trajo hasta acá. "La enfermera", dice la chica con ese otro guardapolvo y observo guantes anaranjados, le digo que sí, ya te la llamo, y sigue por el pasillo; de regreso al limbo, parada dentro, no sé qué hacer con mi cuerpo aquí tan a punto de.

En un instante, todo amenaza
Oigo desde el limbo la voz de la chica que le dice a alguien "preguntan por vos", por lo que decido segunda aparición en puerta y acudo a esta imagen: mientras la chica joven guantes anaranjados transmite mensaje, realiza gesto con manos que en el código porteño desde hace años significa "qué pesada" que significa "qué densa" que a su vez significa: paciente no deseada, siento unas inmediatas ganas de llorar y percibo una fila de situaciones-ideas-pensamientos-dolores que se acercan ahí nomás, me cercan, para jugar conmigo: voces de soledad, de amor perdido y reencontrado y vuelto a perder, y así. Regreso al limbo, mejor esto que esa fila de personajes. La lucha en pie.

La resistencia de la bombacha-aún
Pronto se abre otra puerta y la mujer morruda se materializa y me hace pasar al otro lado, a la sala de operaciones. Veo camilla y me siento ahí por gesto de enfermera con la mano. Le confieso que no-me-he sacado-la-bombacha-aún, y ella dice una obviedad tal como "así no van a poder trabajar con vos", y hasta ahí llega toda mi lucha. Quito bombacha y voy a depositarla con el resto de mi ropa muerta en silla de limbo, y también las botas del glamour van a parar ahí.
Otra vez sentada en camilla, otra vez esta soledad de mi cuerpo a punto de ser silenciado investigado dormido.
Piernas, vuelan de un lado a otro, pupilas investigan sitio, observo gran cantidad de fotos de lo que supongo serán partes internas de cuerpos ajenos y pienso esa horripilancia como una interesante construcción plástica, qué colores más bellos y consonantes: anaranjado, rojo, rosado, amarillo.
Pero al hacer foco en las formas ya no hace tan graciosa la idea de mis anaranjados, rojos, rosados y amarillos, por suerte interrumpe el primer Doctor al ingresar a la sala, artista de Hollywood que pisa escenario, se presenta, estrecha mano, acostate por favor.

Dr. Doctor
El señor es el Dr. Anestesista según tengo entendido, es fundamental para la supervivencia de cualquier individuo en mi estado-posición, ya que es el que tiene el poder de mandarme de la vida vigil a la otra de un soplido.
Le pregunto al Doctor si no se puede usar mascarita en vez de aguja para el desplazamiento hacia la duermevela y dice que no. Pregunta si tuve algún trauma con la aguja y le digo que no se lo voy a contar ahí, y menos si la explicación se va a interrumpir cuando yo caiga como un robot sin electricidad. Quiere saber de qué trabajo y menciona que parezco más joven, mientras toma mi brazo izquierdo, infla vena con goma, pincha, lo sentiste, viste que no, ya está.
Siento una especie de extraño placer por tan alta entrega-sumisión, esto debe ser similar a un momento sado-maso.
Ya tengo suero, y es mi primera vez en el fascinante mundo del suero. Poné la manito debajo de la cola, no entiendo nada, por qué, qué motivo. El Doctor ensaya explicación poco explicativa: que mi mano, si no dormida y demás, mientras mi cabeza ya compagina imágenes de gente muerta con brazos que golpean a los costados a fuerza de gravedad, ya sin voluntad ni vida, mejor salgamos de aquí pronto, Doctor, vamos.
Toma inyección, y aclara: esto no lo sentís, pero en breve te vas a quedar dormida, y cuando diga tu nombre, vas a despertar. Hago giro de cabeza para último panorama de la zona, el médico bajito de ojos rasgados, la enfermera morruda, los tubos, las fotos, las paredes blancas...

Chasquido de dedos
Escucho mi nombre y abro los ojos. Vuelta al limbo, en la misma posición que quedé un rato, varios ratos atrás, ¿cuántos ratos pasaron? La mano aún bajo mi cola. No entiendo, ¿en qué posición habrán hecho todo? ¿O volvieron a poner mi mano bajo mi cola? No entiendo.
Tomo las ropas que quedaron arrojadas allí, en ese tiempo antes de traspasar aquella puerta. Me las pongo como puedo, experimento cierto placer del mareo de la anestesia, creo haber descubierto mareo nuevo.
Camino pasillo salida. Cruzo por consultorio donde Doctor toma café y come medialuna, después del recorrido visual que habrá tenido por los singulares caminos de mi-adentridad, sentado en sillón de cuero. Saludo al Doctor. Le pregunto las cosas importantes que se preguntan para no irme con dudas, porque no me gustan las dudas.

De más
Doctor, ¿hablé dormida?
Doctor, ¿y ahora qué?
Doctor, puedo decirle que confío en usted ahora que veo que cumplió con sus dos palabras: dormirme y despertarme. El Doctor recomienda que pida turno a un gastro, dice que en esa misma clínica hay dos, uno más viejo y otro más joven, y le deposita unas fichas al joven mientras guiña ojo cómplice, queda claro que es su pichón de avestruz, su discípulo. Digo en voz alta algo que hubiera debido quedar sólo como pensamiento, "si vamos a continuar en las vías del tratamiento de mi-adentridad, entonces prefiero que sea el viejo", y pronto me arrepiento por dejar salir tanta subjetividad.
Saludo al Doctor, aún mareada e impune por la anestesia. Me dice que no debo: conducir
trabajar
tomar alcohol.
Salvo el final, me parece un buen plan para este día de semana, lo que me convierte en una paciente obediente paciente.

Al fin
A dos cuadras del lugar me cobro con la venganza del desayuno completo y, luego, la siesta al sol.
Plena.
No todos los días se llega al limbo y se retorna de él.


miércoles, 19 de agosto de 2009

sólo aparente

I

La chica lavada, pelo rubio opaco ceniza, camina desgarbada por las veredas baldosas grises buenos aires. La veo. Nos cruzamos cada tanto. Andar ritmo suave dócil pausado, siempre el mismo andar. Nueve años seguidos, su andar suave dócil pausado siempre el mismo. Desconocida.

II

Trabajo medio día. Salgo, calor sol colectivo, mediodía. Almuerzo banana en autobús. Natatorio. Adultos mayores. Y yo. Adentro y afuera; adentro y afuera. Oídos llenos y vacíos. Así, llenos y vacíos. Y la mirada. Y mi cuerpo todo acariciado por el agua que abrazo.

III

“Las cucarachas eran de los vecinos”

Pasillo lleno de cucarachas.

Portero: son de los vecinos.

Risas.

¿Qué pasa?

No lo se.

No hay chiste.

Portero tiene verdad.

“Hay muchas cucarachas porque hay muchos viejos”

“…”.

“¿Salen de los estómagos de los viejos cuando los viejos se mueren?”

“Tal vez, pero pensé que las cucarachas eran porque los viejos son viejos y no se fijan en ellas”.

“Ah”.

*

IV

Señora nueva en el trabajo.

¿Quién la metió?

Por torpe, no nos dice.

Ser sociable está bien, pero para ella no.

Mucho tul negro, pelo negro.

Mujer trigueña.

Muerta.

Vestida.

Perfume muy fuerte no tapa olor tan fuerte.

Muerta.

En exceso.

Nos atonta su muerteperfume en oficina cerrada de hombres solos cortos tontos hechos a la ligera todos muertos.

La nueva empleada muerta.

Soledad.

La jueza hizo un pacto con el diablo.

Y a cambio una empleada con olor a azufre.

Hipótesis dos. Estamos todos muertos.

Y somos lentos en saberlo.

V

Vlllladimirrrrrrrrrrrrrrr

Nosotrrrrrrrrrrrrrrras sufrrrrrrrrrrrrrrimos porrrrrrrr amorrrrrrrrrr

Ironismo:

ironía abismal.
(salgute, Gute!)

¿qué lo calma?

¡qué loca alma!

Eso:

es lo que es.

no fácil

No es fácil enamorarse
como no es fácil morirse
pero morirse puede ser a voluntad.

Los perros...

...son los mejores amigos de los hippies.

mmm

MECUESTAPARAR

Si es como es,

está bien.
Si es una sobreactuación
de sí mismo,
no no no.

Am or

sentir que el otro te gusta
sin ningún esfuerzo
de investigación.

martes, 18 de agosto de 2009

pregunta

¿Te estás buscando los ojos?

Me enojo:

descubro tarde lo que ya había encontrado.

El miedo a la interrupción:

la interrupción misma.

Fábricas de caca:

los que duran.

lunes, 17 de agosto de 2009

Mi amigo B, divide a las mujeres en dos grupos:

lindasbuenas y lindasmalas.
Todo depende, según él,
del saberhacer con la belleza
(y así,
con el otro).

Y,

¿es una letra o una palabra?
¿une ó separa?
¿ó une y separa?

Les temo

No se qué quieren de mí
Qué esperan de mí
Qué les gusta.

No comprendo cómo piensan
Con qué piensan
Qué hacen con eso.

Les temo

No creo poder conocerlos
Compartir su mundo
Ni el mío con ellos.

Temo de mí.

MOTOCHORROS

I
Miércoles. Veinte horas. Tarde de primavera. En la esquina, un bar. Voces mesas charlas, cada tanto, el suspiro mecánico de la máquina de café.
Me dispongo a escribir leer mirar.
Irrumpe motochorro y empuja la puerta: loco todos quietos vamos toda la guita ahora mismo que nadie se mueva de su lugar todo todo la plata los celulares en la mesa los relojes todo vamos la guita vamos no jodan loco que sino son boleta.
Estoy entre dos paredes bajas, parte del decorado, levanto la cabeza al tiempo que apoyo la tacita blanca con la lágrima: leche y una gota de café. Reclino mi cuerpo en la silla, mirada fija al escenario, movimientos lentos, circulares, tanteo algunos de mis objetos y los ubico entre las piernas pantalón jogging negro. Sutil, arrojo parte del dinero suelto en la mochila y saco a tiempo unos billetes arrugados que sostengo en mi mano que tiembla, por detrás motochorro andar tambaleante, camina por todo el bar, busca grita a-garra. Toma una mochila azul gris con cordones, espera hallar computadora o camión con caudales, encuentra nada, cae en desilusión-ira. Motochorro arroja mochila. Objetos desparramados vuelan. Permanezco fueradentro de la escena. Motochorro iracundo realiza su único movimiento ágil, salta sin envión y se sienta sobre el mostrador, bastante alto por cierto. Dale flaco dame toda la guita de la caja eso solo tenés no puede ser dame más dame dame dame. Chico de la caja/dueño del bar no tiene más para darle. Se lo dice, voz tranquila, mantiene su parsimonia, lo mira a los ojos sin invadir. Motochorro desconcertado, ya no queda mucho por hacer. Todavía no vino a buscar mi dinero. Debería llamarlo para que lo agarre, ahora llevatelo hijo de puta. Flotan las palabras pero me contengo, mientras mi mano se desliza hacia la lágrima que se enfría. Ahora dentrodentro de la escena, no corresponde mano en tacita tomar café aún. Guardo en cajones mentales.
Motochorro Dos golpea el vidrio desde afuera. Dale loco salí rajemos vámonos de acá qué seguís haciendo ahí adentro dale. Personaje secundario: Motochorro Dos. Por un instante, la desilusión de no haber entendido nada.

II

Joven Moza de Siempre elige mi mesa para sentarse y llorar. Le pido al Chico de la Caja/ dueño del bar un agua para ella, la chica que llora, que no soy yo.
Señor Gordo, sentado a mesa cercana, sonríe de costado. Cruzamos miradas, dice: qué tranquila estabas vos te miraba y qué tranquila estuviste. Pregunta si soy del “ambiente del teatro”, me ve cara conocida. Siento una sonrisa que no muestro y le digo que no, que alguna vez anduve por el mundo, pero no. ¿Se referirá a la actuación de recién?
Contenida aún por las bajas blancas paredes del decorado observo un rombo perfecto desde mi perspectiva. Vecina Causa Común se incorpora, nos habla a todos: esto no puede ser están arreglados con la policía si no decime vos cómo es que ninguno vino, eh, decime, cómo puede ser, si estuvieron acá tanto tiempo cómo nadie los vió. No no no dejame de joder. Y así, nos habla a todos, durante un rato. Cruzamos miradas cada tanto, asiento ante el show de la dama con movimientos de cabeza que terminan en la soledad del acto ya sin miradas, sin sentido.
Chico de la Caja sigue ahí, con la misma parsimonia de antes. Me intriga. ¿Él también habrá sentido ganas de llorar? Alto, robusto, rastatierno.
Creo ser parte de algo. Comentarios. Movimientos adentro del local, intercambios entre las mesas. Negaciones con labios apretados, qué barbaridad, esto no puede ser. Recuento de objetos. Quejas. Cuánto que perdí. Alivio. Menos mal que no vió mi sueldo, lo tenía acá justo cobré hoy. Floto en esa ficciónrealidad y decido retirarme antes de que caiga el telón, antes de que las luces bajen, antes de que la escena me eyecte. Un resto. Manos en los bolsillos saludo con los ojos y nuevo movimiento de cabeza. Se mantienen sonrisas de complicidad, comentarios breves y contundentes. Todavía estamos aquí. Pero ya empezamos a dejar de ser.
Cruzo el umbral. Salgo a la noche. En el barrio, preparación euforia compras varias de regreso al hogar. Me sumo a la actividad de la masa indeterminada. Sola y su alma, ¿eso qué es?
Farmacia cadena de nombre conocido. Luces blancas. Recorro góndolas, encuentro champú, lo agarro. Señor de la fila alto grande con hijo adolescente alto grande lleno de granos me pegunta con timidez: piba dónde encuentro la cera de depilar. Su vergüenza me llega, tengo dos caminos: la voz baja complicidad –oh i have a team again-, o la respuesta voz alta juego sola me como unas palomitas sentada en una gran sala de cine y lo veo a usted señor con su hijo lleno de granos en busca de la cera de depilar que su esposa le pidió sin jamás decirle que iba a ser tan complicado. Ni una ni otra. Sin hacer demasiado esfuerzo de señalización, tiro algunas coordenadas breves precisas espero ayuden, arréglese con eso, señor. Vuelvo la mirada hacia adelante, champú en mano pantalón jogging negro, sin esperar nada.
Señorita su turno. Cajera Joven hace lo suyo con los códigos de barra y eso, sonido de la máquina caja registradora tragamonedas me saca del estado volátil de la meditación-del-supermercado. Se ha ganado otro champú igual que este, señorita. ¿Sí? Qué bien. ¿Y esto por qué? Pero era así, y era por nada. Lo que la vida te saca por un lado te devuelve por otro, comento mientras pago. Cajera Joven levanta las cejas con mirada tierna, parece creer lo mismo que yo.
La noche sigue. En la calle pasan cosas. Pasan cosas. Cosas pasan.

Escribir = un misterio

Cómo viven los otros los orgasmos = un misterio.
Escribir = un orgasmo.
El orgasmo no se puede escribir.
ESCRIBIRORGASMO.